Leo en Religión en libertad.com un artículo que me ha llamado la atención: La Masonería tiene como objetivo “la concepción universalista de la Ilustración, que consiste en imponer el concepto de ciudadano, y de ciudadano europeo, antes que el de judío, negro, norteafricano, homosexual, heterosexual, etc». Y por si no queda claro, puntualiza: «Se debe llegar a entender que lo que nos une es la idea del hombre liberado de sus vínculos de pertenencia». Bueno, digo yo, de vínculos de pertenencia menos de la pertenencia a la Masonería, que parece vinculante. Entre los vínculos de pertenencia de todo ser humano están los que conciernen su propio ser, a su cuerpo, a su familia, a su pueblo, a su región, a su nación, a sus asociaciones culturales, políticas, deportivas, a su confesión religiosa… y todos esos deben ser, según este señor, eliminados en aras de un concepto superior. Para este señor las preguntas: ¿quién soy yo? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Parece que no tienen sentido porque indudablemente son preguntas “religiosas” es decir, nos religan necesariamente a algo y a alguien e incluso a Alguien (Dios) y para nosotros los cristianos al Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo y a su Iglesia como miembros de su cuerpo.
El sr Jean Michel Quillardet, ex Gran Maestre del Gran Oriente de Francia afirma que hay que “imponer” el concepto de ciudadano y de ciudadano europeo. Y pregunto yo: ¿Por qué quedarse en Europa y no “imponer” el concepto de ciudadano del mundo o más allá como ya dijo un gobernante español de sí mismo: “mi patria es el viento”? ¿Qué es un ciudadano sin vínculos de pertenencia? Lo digo yo: Nada, un ser expuesto a la voluntad del que detenta el poder. Un esclavo del sistema.
Está bien que algunos miembros de la Masonería hablen en público y en alta voz, (porque en privado y en secreto ya hablan y presionan lo que pueden), así conocemos todos sus pretensiones. Les estorban las Iglesias y especialmente la Iglesia Católica, que según el sr Jean Michel están todavía “muy presentes”. Lo importante es el secularismo, que otros llaman laicismo y que para otros lleva como consecuencia el ateísmo. No es la legítima y conveniente secularización y laicidad lo que se pretende, lo que se busca es que la visión religiosa de las personas, de la sociedad, del mundo y de todo lo que hace posible la vida del hombre debe ser recluida a la sacristía, estrangulada, cercada y, a la larga, suprimida.
No hay ningún inconveniente en declararse ciudadano europeo e incluso ciudadano del mundo, pero para esos conceptos generales es necesario que antes nos confesemos individual y comunitariamente lo que somos: hombre o mujer, español o escandinavo por ejemplo, blanco o negro…, católico o musulmán… las notas de identidad personales y sociales son fundamentales, sin ellas no podemos existir, no habrá individuos y por tanto no podrá haber ciudadanos. No está por ningún lado el ciudadano europeo aséptico, por mucho que este señor se empeñe en imponerlo y mucho menos el ciudadano del mundo o del viento
¿Recordamos aquella expresión que dijo el gobernante español: “Es la libertad lo que nos hace verdaderos”? pues por la línea del sr Quillardet van las cosas.
Por cierto, habla de imponer, no de proponer, como hacemos los católicos, que la diferencia es muy grande. Imponer es forzar por encima de la libertad individual, proponer es ofrecer a consideración algo que puede ser aceptado o rechazado. ¡Pues vaya clase de ciudadanos “libres” que quiere conseguir este señor! Ciudadanos obligados por unos señores que están por encima del común de los mortales gracias a su “gran inteligencia y sabiduría”.
La Ilustración que este señor propone de nuevo ya fracasó en su empeño de imponer un determinado esquema de sociedad y fue un tiempo de terrible sufrimiento, persecuciones y muerte de los que Francia guarda muy buen recuerdo y la historia reseña. ¿Volvemos a lo mismo?
Calma y paciencia, que en esas estamos. Así se entienden los proyectos legales y aprobados por parlamentos que buscan arrancar a los individuos y a los pueblos sus señas de identidad y especialmente en España las asignaturas de Educación Sexual y de Educación para la Ciudadanía que nuestros niños y jóvenes deben recibir obligatoriamente al margen de lo que sus padres piensen.
Calma y paciencia, sí, pero cruzarnos de brazos y resignarnos, no. Como no espabilemos nos las van a dar todas en el mismo lado. O nos movemos por donde queremos o nos mueven por donde no queremos.
José Antonio Abellán Jiménez
Párroco de San Mateo, Vicario Episcopal y Delegado de Pastoral Familiar y Defensa de la Vida.
(Fotografía tomada de exorbe.blogpost)
FUENTE :
Post publicado en el Blog de la parroquia de San Mateo de Lorca , Murcia el Martes 16 de marzo de 2010
http://sanmateolorca.blogspot.com/2010/03/la-masoneria-al-poder.html
http://sanmateolorca.blogspot.com/2010/03/la-masoneria-al-poder.html